Madrid vota el martes en unas elecciones autonómicas muy vigiladas que, según las encuestas, darán un serio varapalo al Partido Socialista del Presidente Pedro Sánchez.
En un país aún dividido por la guerra civil de 1936-39 y la dictadura de Francisco Franco que la siguió, los ecos del pasado han entrado en la retórica de la campaña, con partidos que se tildan mutuamente de «rojos» y «fascistas».
La polarización ha ahogado el debate sobre la gestión de la pandemia por parte del gobierno regional de Madrid y las políticas del Partido Popular (PP), que gobierna la región más rica de España desde 1995.
Las encuestas apuntan a que el PP ganará por un amplio margen, aunque no alcanzará la mayoría en la Asamblea de Madrid y necesitará el apoyo del partido de extrema derecha Vox para gobernar.
Además de los insultos verbales, la campaña ha estado marcada por las cartas de amenaza de muerte con balas enviadas a los principales políticos, incluido el líder del partido de extrema izquierda Podemos, Pablo Iglesias.
Podemos es el socio menor del gobierno de coalición minoritario de Sánchez.
Isabel Díaz Ayuso, la líder saliente de la administración regional de Madrid que es una estrella ascendente en el PP, marcó el tono de la campaña en marzo cuando convocó las elecciones anticipadas, diciendo que permitiría a los votantes elegir entre «socialismo o libertad».
- Madrid, ciudad abierta –
Ha convertido a Sánchez en el centro de sus ataques y se ha opuesto sistemáticamente a las presiones del Gobierno central para imponer restricciones y cierres más estrictos contra los virus, argumentando que mantener la economía a flote y preservar la interacción social es también importante para la salud.
Madrid tiene las restricciones por virus más laxas de España y ha sido la única gran capital europea que ha mantenido abiertos bares, restaurantes y teatros con pocas restricciones desde que terminó un cierre a nivel nacional a mediados de 2020.
«Tomar cervezas es importante. Después de un mal día una cerveza te anima», dijo Díaz Ayuso, de 42 años, durante una entrevista en la cadena Ser el mes pasado.
Los últimos sondeos de opinión dan a su partido, el PP, alrededor del 40 por ciento de apoyo, casi el doble del resultado de las anteriores elecciones de mayo de 2019, y muy por delante de los socialistas del rhe, que han visto caer su respaldo al 20 por ciento desde algo más del 27 por ciento en las últimas encuestas.
La pandemia ha golpeado con fuerza a Madrid, donde se ha producido casi el 20 por ciento de las más de 78.000 muertes por Covid-19 en España, lo que ha provocado las críticas de la oposición sobre la gestión de la crisis sanitaria por parte de Díaz Ayuso.
Pero Díaz Ayuso culpa a Sánchez, acusándole de haber dejado la gestión de la pandemia en manos de los poderosos gobiernos regionales de España, encargados de la sanidad y la educación.
- ¿Riesgo para la democracia? –
Los partidos de izquierda han tratado de aglutinar a sus votantes advirtiendo de los peligros de que el PP gobierne con el respaldo del partido antiinmigración Vox, que no oculta su nostalgia por el franquismo.
Vox ya respalda a los gobiernos del PP en otras dos regiones españolas, así como en el Ayuntamiento de Madrid, y la formación apoyó al gobierno de Díaz Ayuso en la Asamblea regional saliente de Madrid.
Sánchez ha advertido que «nuestra democracia» está en juego en las elecciones.
Antonio Barroso, de la consultora Teneo, ha dicho que una derrota de la izquierda en Madrid «difícilmente cambiará las cosas» en la coalición de gobierno nacional entre los socialistas y Podemos, ya que a Sánchez no le interesa adelantar unas elecciones generales.
«Una victoria decisiva de Díaz Ayuso probablemente dará un impulso al PP a nivel nacional», añadió.
También podría verse como una reivindicación de sus posturas más duras y «dar lugar a peleas internas» por el liderazgo del actual jefe del PP, Pablo Casado, que se ha vuelto más centrista en los últimos meses, dijo Barroso.