Más de 50 bodegueros de la parte vasca de la denominación Rioja ya no quieren ser asociados con el nombre.
Un grupo de bodegueros del norte de España pretende que la UE apruebe que sus productos no lleven la etiqueta de Rioja, la denominación más famosa del país.
La denominación Rioja abarca tres regiones: La Rioja, parte de Navarra y la provincia vasca de Álava. Más de 50 bodegas de Rioja Alavesa quieren separarse y han creado su propia denominación, la poco manejable Arabako Mahastiak/Viñedos de Álava.
La medida ha obtenido la aprobación del partido nacionalista vasco en el poder y del Gobierno de Madrid, que depende de los vascos para su mayoría parlamentaria. La denominación pasa ahora a la Unión Europea para su aprobación.
La política de identidad juega un papel importante. Al gobierno vasco le gusta la idea de una denominación vasca, mientras que los viticultores locales afirman que las pinturas rupestres demuestran que llevan milenios elaborando vino en Álava y que sus vinos y su forma de elaborarlos son distintos a los de sus vecinos.
Sin embargo, en última instancia, se trata de calidad frente a cantidad. Las 473 bodegas de Rioja producen 3,1 millones de hectolitros (310 millones de litros) e, inevitablemente, no todo hace honor a su nombre.
Los productores de Rioja Alavesa quieren distinguirse por su calidad, aunque para ello tengan que renunciar a la marca Rioja, reconocida internacionalmente.
«España es el mayor exportador de vino de Europa en volumen, pero sólo el tercero en ingresos, mientras que Francia es sólo el tercero, pero sus exportaciones ingresan cuatro veces más que las de España», afirma Javier Ruiz de Galarreta, presidente de un importante grupo de exportadores de Rioja Alavesa.
Los partidarios de la ruptura se remiten a los estudios que demuestran la tendencia de los consumidores a querer beber menores cantidades de vino de mayor calidad.
Lo que quieren es algo similar al sistema francés, en el que hay una denominación de origen regional contrôlée como Burdeos o Borgoña, pero dentro de ella numerosas más pequeñas como Médoc o Meursault. También existen otros indicadores de calidad como los premiers o los grands crus.
Rioja también tiene sus clasificaciones de crianza, reserva y gran reserva, pero son guías poco fiables de la calidad y simplemente indican la edad del vino.
«La calidad es la clave, no el tiempo que ha pasado en la botella», dice Benjamín Romeo, de Bodegas Contador, en Rioja.