MADRID – La tasa de contagio de COVID-19 en España siguió aumentando el lunes, alcanzando los 368 casos por cada 100.000 habitantes, según las autoridades, triplicándose con creces en dos semanas, ya que los contagios se han disparado especialmente entre los jóvenes.
El jefe de emergencias sanitarias, Fernando Simón, dijo que el ritmo de aumento se había reducido en los últimos días, ya que las autoridades creen que la última oleada se está acercando a su punto máximo. Alabó las nuevas restricciones anunciadas en las regiones mediterráneas más afectadas, Cataluña y Valencia.
«Seguimos en una situación en la que tenemos que reducir los riesgos», dijo en una rueda de prensa, considerando «realmente dramática» la situación en Cataluña, que la semana pasada tuvo la mayor incidencia de España con 725 casos por cada 100.000 habitantes.
Simón dijo que el aumento de la infección en Cataluña podría atribuirse a la creciente llegada de turistas nacionales y extranjeros en medio de la propagación de la variante Delta, más contagiosa.
La menor tasa de vacunación entre los jóvenes y el impacto de los brotes relacionados con los viajes de fin de curso también están influyendo en toda España, añadió.
El gobierno regional catalán anunció el lunes que todas las actividades, incluidos los bares, tendrían que cerrar a las 12:30 de la mañana, las reuniones sociales tendrían un límite de diez personas y se prohibiría comer o beber en zonas públicas.
Las medidas están pendientes de aprobación judicial.
Por otra parte, un tribunal autorizó a más de 30 ciudades de la vecina Comunidad Valenciana a imponer toques de queda nocturnos para contrarrestar el aumento de la tasa de infección por COVID-19.
El gobierno regional había solicitado a su tribunal regional que autorizara un toque de queda de 1 a 6 de la mañana en las poblaciones de más de 5.000 habitantes consideradas de alto riesgo, entre ellas su capital, Valencia, y la zona turística de Benicassim.
Las reuniones sociales de más de 10 personas estarán prohibidas.
Las autoridades regionales responsables de la respuesta al COVID-19 necesitan una autorización judicial o un decreto gubernamental para adoptar medidas estrictas que incluyan cierres, prohibiciones de viajar y toques de queda.
En todo el país, los casos empezaron a repuntar a partir de mediados de junio tras un largo descenso, impulsados por la variante del Delta y la mayor socialización de los grupos más jóvenes.
«En España nos estamos convirtiendo en expertos en la relajación prematura de las restricciones. Cuando decidimos levantar las restricciones en esta cuarta oleada no había suficiente inmunidad entre los ciudadanos para eliminar muchas de las restricciones», dijo a Reuters el doctor Rafael Bengoa, cofundador del Instituto de Salud y Estrategia de Bilbao.
Dijo que las autoridades se habían apresurado a aumentar las cifras del turismo en lugar de basar sus decisiones en datos epidemiológicos.
