BARCELONA, España – El crujido del cuero sobre el sauce no es un sonido que se asocie con España. Sin embargo, habrá una conexión a partir de 2022, cuando Barcelona construya un campo de cricket gracias a un aumento del apoyo público a un equipo femenino.
El mes pasado, el Ayuntamiento de Barcelona pidió a los ciudadanos que eligieran una iniciativa dentro de un paquete de inversiones de 30 millones de euros (35 millones de dólares) en nuevas instalaciones y mejoras de los espacios públicos.
El plan de gastar 1,2 millones de euros (1,4 millones de dólares) en un campo de críquet quedó en primer lugar en la votación entre 184 propuestas.
La gran victoria de un deporte en gran parte desconocido en España se debe a una campaña liderada por un grupo de mujeres jóvenes, en su mayoría españolas de primera generación, algunas de ellas inmigrantes indias y pakistaníes que viven en suburbios de clase trabajadora de Barcelona. Lo que empezó de boca en boca pronto generó tracción una vez que llamó la atención de los medios de comunicación locales.
«Es un sueño hecho realidad haber ganado la votación después de todo el esfuerzo que hicimos», dijo la jugadora de cricket Nadia Mustafa, una estudiante universitaria de 18 años.
«Nos pasamos semanas animando a la gente a votar por nuestro proyecto para poder ganar. Y al final pudimos conseguir el primer campo de críquet de Barcelona para jugar y entrenar».
Además del campo, el proyecto incluye vestuarios y almacenes, luces y otros servicios específicos para el críquet.
Barcelona cuenta con grandes comunidades paquistaníes e indias, y hay unos 400 jugadores de críquet en Barcelona repartidos entre 25 equipos masculinos y femeninos.
Pero la ciudad mediterránea no dispone de instalaciones para este deporte todavía exótico. En su lugar, un aparcamiento o un campo vacíos tienen que servir para aquellos que quieren mostrar sus habilidades de bateo y lanzamiento.
Ahora, los jugadores tendrán su propio campo, justo al lado del Estadio Olímpico de Barcelona, en una colina que domina la ciudad.
«Estamos contentos. Pronto, en un año o año y medio, tendremos nuestro propio campo aquí en Barcelona», dijo el entrenador del equipo, Shahbaz Shauqad, un verdulero de 30 años. «No tendremos que pensar en conseguir coches y medios de transporte para jugar en otros lugares. Tendremos nuestro campo aquí».
