Cómo cultivar el cerebro de los más pequeños de la casa
El cerebro de un niño es sencillamente maravilloso. Pues se encuentra en una etapa donde aún es joven y cada día es capaz de aprender nuevas cosas con una velocidad asombrosa. Sin embargo, va a necesitar de la orientación necesaria, y por ello te enseñaremos más a fondo cómo cultivar el cerebro de los más pequeños de la casa.
Esto va convertirse en algo fundamental para el futuro de un niño. Pues, tanto las habilidades como los nuevos conocimientos. Le servirán como un fuerte estímulo a su capacidad de raciocinio y claro a cultivar su cultura y entendimiento del mundo que les rodea. Veamos unos buenos ejemplos para lograrlo:
Estimula constantemente su imaginación
Una de las mejores formas de estimular la imaginación de un niño es a través de los juegos. Pues el jugar es algo clave para el desarrollo mental de los más pequeños. Por medio de los juegos, el niño explotará su creatividad y por supuesto su imaginación.
El papel del adulto en este tipo de actividades es participar de dichos juegos evitando en la mayor medida posible dirigirlos. Esto te dará a la vez, una excelente oportunidad de compartir el tiempo juntos.
No dejes de lado el ejercicio
Ya son muchos los estudios que han demostrado el efecto positivo que tiene el ejercicio aeróbico en la memoria y la atención de los niños. Por ello, es recomendable inscribirse en la práctica de algún deporte (Incluso durante las vacaciones).
Leer y escribir son dos pilares fundamentales del aprendizaje
El hábito de la lectura es algo que deber ser construido a temprana edad, y con suerte será un hábito que conservarán toda la vida. Es importante recordar, que lo niños son un reflejo de lo que hacemos. Así que, una excelente alternativa para que un niño lea es que nos vean leyendo.
Un consejo útil es encontrar un momento del día para leer juntos y no perder la rutina. Por otra parte, el hábito de la escritura es algo que se ha perdido con la tecnología. Para recuperarlo puedes recurrir a la caligrafía y buscar oportunidades para poner la escritura en práctica como una tarjeta navideña o una tarjeta de cumpleaños.