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CHAMPIONS LEAGUE – El Atlético Madrid Pierde Nuevamente en Lisboa

El atlético es derrotado nuevamente, al ser superado por un crecido Leipzig, quedando fuera de semifinales tras este resultado. Indicando que “Solo Joao Félix demostró molestia” 

El arquero esloveno expreso “Lamento el Gol, introducido este jueves en Lisboa”

Atlético

La Champions solicita al Atlético que abandone la copa.

La Champions League no comprende la práctica, la historia, los años del escudo del atlético Madrid no respetando su tradición, expresándoles que les da igual, que se retiren, no concibe la trayectoria del equipo. Lo significativo es su coraje para marchar en su búsqueda. Anoche el atlético en ningún tiempo consideró ambicionar arrojarse en los brazos la copa que tendrán, que ir al encuentro en una nueva oportunidad.

El Atlético Madrid, se desplomó nuevamente al abismo en Lisboa, una ciudad aborrecida ya en la reseña del equipo rojiblanco, que escasamente apaleó réplicas para la aguda contienda que expusieron los lobos del Leipzig. Los de Simeone se desmoronaron por el abismo cuando suponían tener la gloria ganada. Percibiendo una sopapo que lastimará durante largo periodo.      

Los lienzos no vibran solos, tratan de dar un poco de color y disimular el vacio, pero no palpitan y se impresionan cuando el balón, conveniente o distinto, revolotea con malos fines. El astro aún se embutía en una bondadosa parte de los ángulos del José Alvalade, cuando los directivos de la Champions rodearon a un estadio que, como el resto del mundo no acecha hallarse en similar ambiente por error del COVID19. 

Así comienza el partido con el silbido principal del polaco Szymon Marciniak, el propio que ejerció de notario en aquella Europa League del Atlético en Lyon del 2018, se permitiese apreciar casi en el concurrido pavimento que rodea el perímetro verdiblanco del Sporting. Justo allí quedo tumbado el equipo rojiblanco que se consideraba destinado a subrayar la principal eufonía de su tradición.   

Atlético Madrid en Lisboa

El mismo uniforme negro con el que acento en mudez Anfield, el equipo rojiblanco se exhibió, cinco meses más tarde, al frente de un Leipzing sin la leyenda ni la tradición del Liverpool, pero con la fuerza y el futbol bien proporcionados para continuar vociferando en Europa. De todos modos no debió tomarlos por confusión las opresivas intenciones del incorporado conjunto alemán, ya que Simeone no frecuenta renunciar a nada iniciado.

Durante largo tiempo, los jugadores del Nagelsmann, con la rubia coleta de Kampl como timón, ensancharon un agudo bailoteo junto al balón. Solitario Carrasco, de cuya derecha surgió el disparo más letal de su conjunto en el principio y Lodi, desde el estribor izquierdo, asentaron algo de nerviosismo en el ánimo del equipo germano.

De Marcos Llorente, autor de aquella atractiva tradición junto al Mersey y Pilar en el secundario hecho de la Liga, duro en dejarse ver.

Constantemente entusiasmado de redimir grandiosas luchas, a Diego Costa le toco trabajar con el recio Upamecano, que no freno para tenerle presente que permanecía ahí. El dorso del delantero, con cada balón de espaldas, inactivo para una librada observación al taller. El central francés, a parte de la oscuridad de Costas, era el primero en arrojar a la carrera a sus valerosos colaboradores. Ninguno pudo con él en toda la jornada.

Un fusionado equipo ordenado en incesante vibración, descifrando sin fallas el guión del nuevo mesías que les guiaba desde el banquillo. El Leipzig estimulaba, si, saltaba como centella, si se sacudía con carácter, lo innegable es que Oblak, que no cree de cábalas, de allí su amarrillo de pies a cabeza con el numero 13 en la espalda, no quita los ojos con la pulsación congelada como transitaban los balones en ese mínimo dominio en el cual solo el ordenaba. 

el atletico

II Tiempo del Atlético en Lisboa

Obtuvo tiempo Savic de partir a la cabeza en búsqueda del balón en el centro del campo que se consideraba transcendental. Como que si su gigantesco encuentro con Halstenberg hubiese sido un cosquillear, lo único que concibió, con el coco convenientemente fajado se disparo en tocar el primer balón que se le arrimo.

En el campo de juego existen jugadas que no se perdonan y el está al tanto, muy bien de ellas. En conjunto con Giménez asumió el ir resistiendo a las ofensivas del Leipzig similar junto, al lado de Felipe, que en esa noche de Anfield, tuvo que elevar la pared ante el conjunto más ofensivo del hemisferio.

Se mostro un Atlético tardo y cerrado. Visualizando que Koke ni Herrera tenían tiempo para idear alguna maniobra con la que lograran jadear, inclusive Dani Olmo, ese chaval que pudo sido nómina del conjunto rojiblanco, aparecido como centella, perfilando una estocada con su cabeza que ni siquiera Oblak atinó  amilanar  sacando al equipo madrileño de su sueño, correteando sobre la filigrana, como aquella alejada y feliz último dia de Champions. 

Joao Félix, de retorno a su seducida Lisboa y los cabos del Atlético sueltos hasta ese momento, ¿Cuándo volverán a conectarse?  La mejor quimera es la imaginación de un niño para dejar atrás rápidamente los malos sabores de la vida. Asimismo divisando una grieta entre esa manada de leones decididos ingresando como si nada, hasta despegar ese penalti con el que restituyó la vida a su conjunto.

Entrando el balón en el arco, todos consideramos atesorar sentido de nuevo. Pero ese respiro solo duro unos instantes, el Atlético volvió a mirar atrás y encerrado de nuevo, termino por desmoronarse al vacío, de vuelta y con el crepúsculo como más lastima.

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