Científicos de la NASA comparten investigación sobre cómo la microgravedad afecta a los huesos
En una prestigiosa conferencia realizada este año por la sociedad americana de investigaciones óseas y minerales, los científicos de la NASA compartieron lo que han aprendido de medio siglo de investigaciones relacionadas con vuelos espaciales sobre cómo la microgravedad afecta negativamente a la densidad ósea.
Los científicos, están al tanto de este problema desde los primeros días de los vuelos espaciales, sabiendo que la microgravedad afecta negativamente a la densidad ósea en una tasa avanzada. Esta consecuencia de vivir en el espacio brinda a los investigadores la oportunidad de un estudio acelerado acerca de la salud ósea.
Estas pruebas, comenzaron desde el inicio de los viajes espaciales, con experimentos tanto en el espacio exterior como también en la tierra. Los miembros de las tripulaciones pueden perder la misma densidad ósea en un mes, que la mujer postmenopáusica pierde en el transcurso de un año. Los científicos examinan de forma constante las causas de la pérdida ósea en el espacio, mientras contribuyen al desarrollo de tratamientos para su uso en la Tierra y en el espacio.
«En una misión de seis meses, podemos investigar cómo contrarrestar la pérdida ósea que equivaldría a un estudio longitudinal de aproximadamente cinco años en la Tierra», dijo Scott M. Smith, Ph.D., gerente del Laboratorio de Bioquímica Nutricional de El Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston. “Esto nos ayuda a ver los cambios en la fisiología más rápidamente que en la Tierra, y en una población de estudio muy diferente a los típicos casos [terrestres]. Esta perspectiva contribuye a la comprensión general, proporcionando una valiosa adición a la base de conocimientos, lo que nos permite llegar a los tratamientos con mayor rapidez».
En un artículo reciente, Scott y sus colegas hablan acerca de todas las lecciones aprendidas, destacando que en la búsqueda por combatir la pérdida ósea en microgravedad, ganamos terreno para mejorar la salud ósea en la Tierra. Por ejemplo, la investigación con roedores en el espacio ya han contribuido a los ensayos clínicos de productos farmacéuticos que pueden mitigar la pérdida ósea. Algunos de estos tratamientos ya están disponibles para que la gente los use.
Investigadores observaron cómo una proporción reducida de proteína animal y potasio que consume un astronauta puede moderar la degradación ósea. La pregunta es si la tripulación come más frutas y verduras con menos carne, ¿ayudará esto a mejorar la salud del esqueleto?
Los hallazgos pueden tener implicaciones para quienes sufren de pérdida ósea en la Tierra, proporcionando una posible mitigación a través del equilibrio correcto en la dieta de un individuo. «El trabajo realizado para los viajeros espaciales contribuye de manera única a la base de conocimientos general en los campos de la nutrición y la biología ósea», dijo Smith.