La emblemática basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, la obra maestra inacabada de Antoni Gaudí, reabrirá a partir del 29 de mayo los fines de semana por la mañana después de haber cerrado en octubre, con la esperanza de beneficiarse de la relajación de las restricciones por el coronavirus y de la esperada recuperación del turismo en España.
El Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO se ha visto muy afectado por el colapso de los viajes internacionales. Los ingresos se han desplomado -la principal fuente de financiación para la finalización del edificio- y se han detenido las obras durante nueve meses.
Según el director general de la Sagrada Familia, Xavier Martínez, la previsión era que la basílica estuviera terminada en 2026, «pero lamentablemente esto no será posible», admitiendo que se necesitará tiempo para recuperar los niveles de ingresos anteriores a la pandemia para que la construcción recupere el ritmo.
Sin embargo, Martínez dijo estar seguro de que el edificio de estilo modernista estará terminado, con 18 torres, durante su generación, y se mostró optimista de que la llegada de turistas empiece a crecer en el segundo semestre del año.
El arquitecto jefe, Jordi Fauli, dijo: «La Sagrada Familia se ha enfrentado a otros momentos de dificultad», refiriéndose a que la construcción estuvo a punto de ser cancelada en 1910 y a que se detuvo durante la Guerra Civil española en la década de 1930.
«La junta de construcción y la gente siempre han tenido la voluntad de seguir adelante y superarse. Nuestro objetivo es hacer realidad el hermoso proyecto de Gaudí», dijo, hablando junto a una torre dedicada a la Virgen María que debería estar terminada en diciembre y que alcanza los 138 metros.
En medio de las limitaciones financieras, la junta directiva decidió centrarse este año en la finalización de la torre – completando el 75% del proyecto global – dentro de un presupuesto de 6 millones de euros (7 millones de dólares).
En cambio, gastó 60 millones de euros en la construcción en 2019, cuando alrededor de 4,5 millones de personas de 120 países visitaron la basílica, con más del 90% de visitantes extranjeros.