Hoy en día es un momento difícil para los aficionados a la música de todo el mundo, ya que con el aumento de las campañas de vacunación y los procesos de normalización, la industria musical está reanudando por fin los eventos en directo. Sin embargo, el riesgo del COVID-19 todavía está fresco en el aire. Para miles de personas en Barcelona, eso quedó claro al asistir al festival de música Cruilla de este año, a pesar del aumento de casos.
Hasta 18.000 personas se reunieron cada día en el evento al aire libre que se celebró de jueves a sábado, según el periódico La Vanguardia y la agencia de noticias Europa Press. Los organizadores del festival limitaron el número de asistentes a 25.000 por día.
Entre los músicos y grupos que actuaron en el festival se encontraban Two Door Cinema Club, Manel, Zoo, Amaral, La Casa Azul y Sopa de Cabra.
Todos los participantes tuvieron que someterse a una prueba rápida antes de poder entrar en el festival, en uno de los 180 puestos de control especialmente instalados.
Unos 200 posibles participantes dieron positivo.
Se prohibió beber y comer directamente delante del escenario y se exigieron máscaras en todas partes.
La mayoría de los espectadores se mostraron entusiastas pero disciplinados, dijo el personal del festival.
«No tenemos que intervenir en absoluto, se ciñen a las normas», dijo uno de los comisarios voluntarios, según La Vanguardia.
Sin embargo, algunos medios de comunicación afirmaron que había gente bailando y cantando frente al escenario sin distanciamiento social y no siempre con máscaras.
La tasa de incidencia de 14 días, el número de nuevos casos por cada 100.000 personas en un periodo de dos semanas, es de más de 2.500 entre los jóvenes de 20 a 29 años en Cataluña.
La tasa de incidencia de siete días en España de nuevos casos por cada 100.000 personas en una semana alcanzó los 199 el viernes.
Esta cifra está justo por debajo del nivel que obligaría al gobierno alemán a elevar su calificación de riesgo para el país, basada en su sistema de tres niveles.
No obstante, el viernes el gobierno alemán clasificó a España como zona de alto riesgo debido a las crecientes cifras de infección. Esta calificación significa que el Ministerio de Asuntos Exteriores desaconseja viajar a ese país, pero no implica ninguna restricción vinculante.