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Los eufóricos clubbers vuelven a la pista de baile mientras España prueba el pase digital COVID-19

GIRONA, España (Reuters) – Las máscaras faciales obligatorias no pudieron ocultar su alegría cuando los asistentes a la discoteca de la ciudad española de Girona se movieron al ritmo de la música house que puso un DJ en directo.

Por primera vez en ocho meses, Girona recuperó parte de su vida nocturna este fin de semana gracias a un plan piloto de pases digitales que las autoridades esperan que permita socializar sin propagar el coronavirus.

Desde octubre, los conciertos han estado prohibidos en la región del noreste de Cataluña, mientras que los restaurantes y bares estaban obligados a cerrar por la noche desde diciembre.

Sin embargo, en el marco de un plan para reactivar el sector de la hostelería, los residentes en Girona pudieron obtener durante una noche un pase digital que les permitía ir a un concierto o cenar en cinco restaurantes.

Para ello, debían descargarse una aplicación en sus teléfonos móviles y someterse a la prueba del antígeno COVID-19, mostrar un resultado negativo en la prueba PCR o demostrar que ya habían tenido el coronavirus.

Alrededor de 250 personas se hicieron con las entradas para la noche del club del sábado en 20 minutos.

«Me parece estupendo, porque todo esto nos afecta mentalmente. Podemos estar bien físicamente, pero no psicológicamente, así que este tipo de actividades, controladas y con medidas de seguridad, me parecen estupendas», dijo Susana Bergaz, de 26 años, trabajadora de una fábrica de Girona.

Los cinco restaurantes que participaron pudieron funcionar al 80% de su capacidad.

El pase tiene una validez de hasta 36 horas y cuesta entre 2,50 y 8,50 euros (entre 3 y 10,50 dólares).

«La iniciativa Open Girona es un proyecto que pretende probar un modelo de pruebas digitales y pases de vacunación para reabrir Girona de forma segura y controlada», dijeron los organizadores Blockchain Centre de Catalunya, un organismo público, en un comunicado el domingo.

Un concierto de prueba celebrado en Barcelona en marzo, en el que 5.000 personas se sometieron a las pruebas rápidas de COVID-19 y se agolparon en un recinto sin distanciamiento social, no provocó un aumento de los contagios, según afirmaron los organizadores a principios de este mes, dando esperanzas al moribundo sector de la música en directo.

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