Un dron rastrea a un fugitivo «escurridizo» tras una vigilancia en la fiesta de la primera comunión
El hombre estaba huido en España desde el pasado mes de julio, cuando la policía desarticuló una importante banda de narcotraficantes
La policía española ha detenido a un presunto narcotraficante «extremadamente escurridizo» tras vigilar la fiesta de primera comunión a la que asistía y utilizar un dron para seguirle la pista mientras intentaba escapar por un campo de naranjos.
El hombre, al que se refieren las iniciales DJCM, estaba huido desde el pasado mes de julio, cuando la policía desarticuló una importante banda de narcotraficantes, deteniendo a 30 personas e incautando más de 5 toneladas de hachís, 2 kilos de cocaína, decenas de coches, un fusil de asalto Kalashnikov y más de 100.000 euros.
Según un comunicado de la Guardia Civil, DJCM era el responsable de la infraestructura logística de la banda.
«Desde entonces, este individuo extremadamente escurridizo había estado viviendo entre varias provincias andaluzas en un intento de evitar la detención», dice el comunicado.
Pero su suerte se acabó el sábado pasado, cuando la Guardia Civil se enteró de que sus familiares iban a celebrar una fiesta de primera comunión en un restaurante de La Algaba, cerca de Sevilla.
Pensando en que podría aparecer, la policía rodeó el restaurante y cubrió las posibles vías de escape.
«Vestidos de paisano para no entorpecer la celebración familiar, los agentes se desplazaron para llevar a cabo la detención», dice el comunicado.
«Pero en cuanto los vio acercarse, escaló una valla alta y huyó al campo». Tras una breve persecución en la que intervinieron un dron y agentes que lo perseguían a pie, el hombre fue detenido.
En las últimas semanas, la policía y los agentes de aduanas se han incautado de más de 12 toneladas de hachís a bandas del sur de España. Los agentes se incautaron de 7,1 toneladas en un remolcador reconvertido en el Campo de Gibraltar, y de otras 5 toneladas durante una operación coordinada en Cádiz, Almería y Málaga. En esta última redada también se encontraron 200.000 euros en efectivo, así como joyas y una gran cantidad de material electrónico e informático.